10 de abril de 2015

Pioneros del cómic

Pionero, ra: 1. Persona que inicia la exploración de nuevas tierras. 2. Persona que da los primeros pasos en alguna actividad humana.
W. R. Hearst

Hacemos coincidir en esta tertulia las obras más representativas de los dos autores que, junto a George Herriman, marcaron la evolución del cómic moderno en los primeros cincuenta años del medio (siempre, claro, que aceptemos el punto de vista tradicional que sitúa a Hogan's Alley como punto de partida).
Ambas creaciones aparecieron como tiras dominicales a página completa y a color en la prensa norteamericana. Mientras que Little Nemo se publicó inicialmente solo en New York Herald, El Príncipe Valiente fue distribuida desde el principio a muchos diarios estadounidenses a través de la agencia King Features Syndicate (se puede acceder en castellano a casi todas las tiras que gestiona en la actualidad), propiedad de W. R. Hearst. A partir de 1911, McCay comenzó a trabajar para el mismo empresario.


Si quieres conocer en profundidad el contexto en el que surgió el cómic moderno, muy relacionado con la expansión de la prensa diaria en Estados Unidos, te recomendamos, además del artículo de Ubaldo C. Boyano en Tebeosfera, el primer tomo de la colección Del tebeo al manga: una historia de los cómics, dedicado a la Edad de Oro; lo puedes encontrar en la Biblioteca de Pamplona-Yamaguchi.


Winsor McCay, Little Nemo in Slumberland (primera época: 1905-1914)

K. Roeder es autora de un reciente libro sobre las relaciones entre Little Nemo, las distintas expresiones de la cultura popular y el modernismo. Señala como influencias y/o coincidencias argumentales (la visita a una mundo exótico seguida del retorno a la realidad), reflejo del interés de la época por la fantasía y lo maravilloso como reacción ante el creciente materialismo, relatos como Las aventuras de Alicia en el país de las maravillas (L. Carroll, 1865), El maravilloso mago de Oz (L. F. Baum, 1900) o Peter Pan (primera representación teatral en 1904).

Barnum & Bailey Circus
Estilísticamente, destaca la relación con los posters del circo Barnum & Bayley, las ilustraciones comerciales de Maxfield Parrish, los parques de atracciones de Coney Island o la película Viaje a la Luna, de G. Méliès (1902).
Además, señala que es el primer autor (después de las frases en el camisón de The Yellow Kid) en hacer explícita y jugar continuamente con la relación entre los distintos elementos del cómic: simetrías y repeticiones, título, viñetas y bocadillos de texto. En los años 40, Will Eisner haría algo similar con The Spirit.
Como muestra el guionista Pepe Gálvez, McCay consigue transmitir la sensación de movimiento con la multiplicación de encuadres y el cambio progresivo en la forma y tamaño de los objetos, e introduce la técnica de la narración subjetiva, expuesta desde el punto de vista del personaje.

Para un análisis en profundidad de la obra y su autor, el libro Little Nemo 1905-2005. Un siglo de sueños es una referencia fundamental. Además, Álvaro Pons, Fernando A. García y Federico Reggiani han escrito interesantes artículos sobre la obra.
Como curiosidades, Google dedicó en 2012 su doodle  a Little Nemo y Art Spiegelman adaptó este mundo imaginario en Sin la sombra de las torres como parte de su denuncia de la actitud de Estados Unidos tras el 11-S.


Harold R. Foster, Prince Valiant in the Days of King Arthur (1937-1971)

Si McCay exploró las posibilidades del cómic para ir más allá de lo real, Foster hizo crecer al medio en una dirección complementaria: ilustrador ante todo, aportó la atención a los detalles y la maestría en el dibujo de paisajes, el estudio de la anatomía y el movimiento humanos, el uso del color... ¡en planchas que medían 70 x 90 cm!
Utilicé una idealizada versión de mi mismo como modelo para Príncipe Valiente. Suprimí lo que no me gustaba y conseguí algo parecido a mi cuerpo, pero con músculos.
(Harold Foster, citado en Del tebeo al manga, vol. 1)

Las aventuras de Val, el príncipe valiente, son narradas por el autor original (luego otros se hicieron cargo de la serie) durante más de treinta años en una novela río, una saga familiar que recuerda las epopeyas clásicas, tanto en la estructura como en el tono de los textos.
En esta serie semanal, el tiempo avanza a la misma velocidad que en el mundo de los lectores, por lo que conocemos a los descendientes del protagonista inicial en un contexto que mezcla las leyendas artúricas, el relato fantástico y versiones libres de hechos históricos desarrollados alrededor del siglo V.
Eduardo Martínez-Pinna sitúa en su artículo la obra dentro de las tendencias estilísticas del cómic de la época, además de señalar algunas influencias gráficas.


Winsor McCay (Ontario, 1867 - New York, 1934) es el autor de tiras de prensa como Little Sammy Sneeze y Dreams of a Rarebit Fiend, donde incluye recursos y temas que explotará definitivamente en Little Nemo in Slumberland.
Fue también un pionero del cine de animación, aunque las presiones de su tiránico editor y el no haber registrado sus hallazgos formales le hayan alejado del reconocimiento general. Se puede acceder a sus cortometrajes fácilmente: Little Nemo (1911), How a Mosquito Operates (1912), Gertie the Dinosaur (1914), The Sinking of the Lusitania (1918), etc.



Harold R. Foster (Halifax, 1892 - Florida, 1982) comenzó a trabajar como ilustrador publicitario a los dieciocho años. En 1929 comienza la adaptación al cómic de Tarzan, el personaje creado por E. R. Burroughs, donde  ejemplifica el naturalismo realista frente a la caricatura humorística que dominaba en la época. Abandona definitivamente la serie cuando recibe, como en su momento McCay, una oferta del magnate de los medios de comunicación W. R. Hearst para iniciar El príncipe valiente. Hasta 1970, fue su único autor, y durante otros diez años colaboró en su continuación con bocetos a lápiz y guiones.