25 de febrero de 2023

Tina Modotti

Ángel de la Calle, Modotti. Una mujer del Siglo Veinte (2003 y 2005)
Rubén Pellejero y Denis Lapière, Un verano insolente (L'impertinence d'un été, 2009 y 2010)
Dos obras con recorrido internacional -el cómic de Ángel de la Calle ha sido publicada en portugués, inglés, italiano, francés, alemán y griego, mientras que la segunda colaboración entre Lapiére y Pellejero apareció inicialmente en el mercado galo- abordaron en la década inicial del siglo XXI la vida de Tina Modotti, figura a través de la que se puede recorrer buena parte de la política y la cultura occidental de la primera mitad del siglo pasado... Gracias a esa amplitud temática, conecta con episodios narrados en anteriores lecturas de la tertulia: La balada del norte (Alfonso Zapico), Mies (Agustín Ferrer Casas) y Warburg & Beach (Jorge Carrión y Javier Olivares).
En 2020 apareció una nueva novela gráfica centrada en el personaje (L'ombre rouge, de Jean-Pierre Pecau y Jandro González), que podéis leer en la edición francesa original disponible en la biblioteca; también ha sido editada en castellano con el título La sombra roja.


Aunque solo comentaremos en la tertulia los dos primeros cómics, es curioso cómo todos coinciden en utilizar el mismo recurso para acercarse al personaje: un autor ficticio (Théo), real (Jorge Semprún) o el creador de la propia obra (Ángel de la Calle) se convierten en el vehículo a través del que narrar la historia de la protagonista. Quizá porque, conscientes de la complejidad y las múltiples interpretaciones de que ha sido objeto y de que solo es posible acercarse a buena parte de su historia a través de los relatos de terceros, a veces poco fiables por interesados -incluso cuando ella vivía-, necesitan recalcar esa inevitable distancia. A fin de cuentas, como señala el historiador J. L. Gaddis, no es posible reproducir o reconstruir el pasado, solo representarlo.

Mientras que Modotti. Una mujer del Siglo Veinte opta por recorrer al completo la vida de Tina (1896-1942), Un verano insolente se limita a la parte central de la década de 1920. En mayor o menor medida, ambas obras abordan la dimensión emocional y política del personaje, destacando cómo fue considerada muchas veces un objeto: de deseo, político -instrumento de los intereses particulares más que de los ideales-, o mítico -el relato y el personaje, por encima de la persona-.
Ambas obras reivindican también su naturaleza de sujeto. Sin embargo, hay que señalar que el compromiso social y el interés por los más desfavorecidos de Modotti no se canalizó solo a través del Socorro Rojo Internacional; surge ya cuando vive en San Francisco y se inicia la I Guerra Mundial y, en México, se muestra en las fotografías que tomó durante su colaboración con las Escuelas Libres de Agricultura -inéditas hasta después de la publicación de los cómics-.
Ese carácter activo se plasma con gran claridad precisamente en sus obras. Dando protagonismo a los detalles, nos invitan a tomar conciencia de lo que vemos. Las manos y los cuerpos de obreros y campesinas anónimos reflejan su dignidad y reconocen la individualidad de todos ellos, pese a que en muchos casos no veamos su rostro. En la biblioteca encontraréis el catálogo de la exposición promovida por el Museo Cerralbo y PhotoESPAÑA en 2022.
En este sentido, los dos cómics recogen los debates entre concepciones del arte que, sin embargo, pueden ser complementarias: su papel como reflejo de la sociedad e impulso de la mejora y el cambio o como resultado de la interioridad del creador y forma de dar sentido a su vida.


Podemos aprovechar la coincidencia en el tema central de los dos cómics para comparar el abordaje de algunas escenas comunes y cómo eligen plasmarlas sus autores: las fotos de Edward Weston a Tina Modotti bajo la lluvia, el encargo a ambos por parte de Anita Brenner, el regreso del norteamericano a su país, los asesinatos de Galván y Mella, etc.
La exhaustividad y las líneas negras de Modotti. Una mujer... se complementan con el siempre cuidadoso y lleno de significado tratamiento del color y de la luz de Pellejero (por ejemplo, en las páginas 84-85). Ambos son capaces, por caminos diferentes, de transmitir claridad a la narración, pese a la abundancia de saltos temporales, personajes y eventos. En cualquier caso, los dos cómics son un respetuoso homenaje, lleno de admiración, hacia una mujer que merece ser conocida.