Hemos elegido dos cómics que superan los límites de la autobiografía: a partir del relato de las vivencias personales, son capaces de mostrar realidades generales, conectar con nuestras propias experiencias e invitar a la reflexión.
Roz Chast, ¿Podemos hablar de algo más agradable? (2014)
Selección Oficial 2016
Premio Kirkus a la mejor obra de no ficción 2014
Finalista del National Book Award (no ficción) 2014
"Ilustradora de prensa y libros juveniles y autora de cómic, la neoyorquina Roz Chast relata los últimos años de sus padres con una ternura, humor y fidelidad a los hechos que harían palidecer de envidia a Woody Allen. Este testimonio íntimo, que tiende a lo universal, sobre las relaciones entre padres e hijos y las responsabilidades familiares, se enmarca en una narración y un dibujo alegres."
La web oficial de Angoulême describe así esta novela gráfica, diario de casi diez años en la vida de la autora, vinculada a The New Yorker desde 1978. Una obra que retrata la peculiar relación entre sus padres y su forma de afrontar las emociones -tan contradictorias como complejas son las dinámicas familiares- que le provoca el inevitable camino hacia la muerte de ambos.
"Cualquier tipo de imagen que pudiera haber tenido de mí misma como una hija generosa, paciente, dulce y cariñosa que cuidaba felizmente a sus padres en su vejez tardó más o menos una hora en venirse abajo."
Roz Chat utiliza el humor como ayuda para reflejar con sinceridad el dolor y el miedo, mientras que la ironía y la caricatura le permiten alejarse del dramatismo inncesario o la autocomplacencia. Hace explícita, además, una realidad que socialmente tendemos a ocultar, como el viejo matrimonio protagonista. Y descubrimos que no hay soluciones fáciles ni perfectas, pero que un buen sistema público de apoyo a las personas que ya nos son autónomas es más necesario cada día.
Brigitte Findakly y Lewis Trondheim, Las amapolas de Irak (2016)
Selección Oficial 2017
- Yo también soy árabe.
- ¿Ah, sí? ¿De dónde vienes?
- De Irak.
- Ah... Entonces eres musulmana.
- No, soy árabe pero cristiana.
- Si eres cristiana, no eres árabe.
- ¡Claro que sí! Árabe es solo por la zona geográfica.
- No, no. Todos los árabes son musulmanes.
-¡Bobadas!
- ¡PFFF!
Publicado por entregas en La Matinale du Monde (una aplicación móvil de Le Monde) entre 2015 y 2016, Las amapolas de Irak muestra cómo las similitudes y diferencias entre confesiones religiosas se basan más en las tradiciones que en la fe, analiza la dinámica social del país -lo que ha cambiado y lo que aún continúa- y sirve como crónica de una compleja situación política donde la sinrazón de la violencia, representada por militares que corren de un lado para otro, siempre convierte en víctimas a las clases populares.
Al mismo tiempo, ejemplifica los obstáculos que los mecanismos administrativos generan a las personas migrantes y cuáles son sus dificultades en la sociedad de acogida: burocracia, sistema educativo, pervivencia de estereotipos, sentimiento de desarraigo.
L'Association reseñó con acierto esta obra de dos de sus autores:
"Nacida en Irak a principios de la década de 1960, de padre iraquí y madre francesa, el libro describe su infancia en Mosul, una ciudad del norte de Irak, en una época en la que se sucedían los golpes de estado y las dictaduras militares, mucho antes de la llegada al poder de Saddam Hussein. Siguiendo el hilo de sus recuerdos, descubrimos una vida familiar afectada por las aberraciones de la dictadura y sus repercusiones en la vida cotidiana, hasta el inevitable exilio en Francia a comienzos de los años 70. Una llegada a Francia que también fue difícil, una experiencia migratoria hecha de dificultades administrativas, sociales y culturales.
En este contexto de tristes noticias, Lewis Trondheim y Brigitte Findakly retratan, a través de piezas de carácter costumbrista tan directas como delicadas, la singular trayectoria de la colorista que, por primera vez, protagoniza una obra. Enmarcada con fotos y paréntesis informativos sobre las costumbres, la cultura iraquí y sus recuerdos, compartimos con ella la nostalgia de quienes han dejado atrás su país de origen, así como los vínculos fugaces que perduran. Como las amapolas que se marchitan rápidamente."
Me ha encantado el de Roz. Gracias!!!
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