Las migraciones han formado siempre parte de la historia de la humanidad, además de ser elementos clave en los procesos de progreso cultural y económico. Sin embargo, como nos recuerda La grieta, en la actualidad vivimos un momento especialmente delicado y quizá sin precedentes, en el que no estamos dando la respuesta adecuada -tanto a nivel ético como estratégico- a las personas que huyen de la pobreza, la violencia y la guerra o, cada vez más frecuentemente, de los efectos del cambio climático:
Las dos novelas gráficas se acercan desde posiciones complementarias al fenómeno migratorio. Kim plantea un viaje al pasado a través de los testimonios personales, sin olvidar el contexto de la emigración española a Alemania. Spottorno y Abril abordan el presente con el objetivo de generar una visión más amplia de una realidad compleja -el tratamiento de los refugiados por parte de las administraciones europeas-, aunque también dan cabida a las experiencias y palabras individuales. El enfoque micro e histórico de Nieve en los bolsillos encaja perfectamente con el macro y geopolítico de La grieta.
Ambos relatos nos hacen preguntarnos a qué información de calidad sobre lo realmente importante accedemos y cuánto olvidamos con demasiada rapidez. Además, demuestran lo necesario de contar con profesionales y obras que hablen con sinceridad de los grandes temas del presente.
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El gran mérito de la obra radica en conseguir que conectemos emocionalmente con la precariedad de sus protagonistas, abocados primero a un viaje del que muchas veces se desconocen trayecto y destino, medio de transporte o dónde se va a dormir y, después, a vivir día a día sin ingresos estables o suficientes para ayudar a quienes se quiere. Sabedor de que su situación era diferente al de la mayoría de estos emigrantes -él puede volver a un entorno que le mantiene y no hay una motivación trágica para su viaje-, Kim da voz a otros representantes de este colectivo, que retratan a su vez la España de la época.
Durante los meses que permanece en Alemania, descubre en persona los límites de la burocracia -en los peores casos compleja, lenta o irracional- para gestionar las migraciones, los muy diferentes motivos de los hombres y mujeres que conoce, las redes de empleo ilegal -única salida laboral para muchos, con distintos grados de explotación-, las relaciones y solidaridad entre quienes compartían situación, la nostalgia que se palia con referencias culturales comunes o las distintas actitudes de la población autóctona (la hostilidad ante una temida competencia por el trabajo comparte espacio con las muestras de acogida).
El autor nos enseña que, como él mismo hace, es imprescindible escuchar sin interrumpir. Los estereotipos en el país de acogida sobre el de origen determinan el trato que reciben los emigrantes. Tendemos a despersonalizar y “meter en el mismo saco” de categorías rígidas a todas estas personas, sin recordar que, más allá de las necesidades económicas y la búsqueda de un futuro mejor, hay historias y motivaciones muy distintas.
Esta llamada de atención es tan efectiva que nos despedimos del hogar compartido donde transcurre buena parte de la trama sintiendo la misma tristeza que su narrador y, como él, seguramente más sabios.
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Spottorno y Abril nos obligan a afrontar, a través de un viaje muy especial por Europa, realidades que tendemos a obviar o esconder pese a su importancia, cercanía e inmediatez. Quizá en parte lo hacemos, tanto individual como colectivamente, para evitar responsabilizarnos de las consecuencias globales de nuestras conductas…
La obra gira en torno a una idea de carácter urgente: el riesgo de descomposición de Europa y de su sistema de protección no viene de una “invasión” -argumento por desgracia cada vez más habitual-, sino de las respuestas inadecuadas en la atención de las personas desplazadas y en el abordaje insuficiente de las causas que les llevan a dejar sus países de origen. Y no es descabellado pensar en que lo lógico, si no cambiamos nada, es vivir un incremento del riesgo de conflictos, esos que ya ¿nunca más? íbamos a sufrir.
Respecto a los elementos técnicos y naturaleza de esta novela gráfica, como la denomina el propio Spottorno, será interesante comentar la muy eficaz manera en que utiliza los recursos narrativos del cómic -secuencialidad, transiciones, composición de las páginas (imágenes divididas en varias viñetas, splash pages), flujo de las cajas de texto- sin tratarse hasta ese momento de un profesional del medio.
En esta muy recomendable presentación, los creadores nos descubren que la elección del formato nace del deseo de llegar a un público lo más amplio posible. Además, el fotógrafo explica cómo consigue huir del riesgo de recordar a una fotonovela, con sus inevitables connotaciones negativas, gracias al tratamiento de los imágenes: reduce la sensación de profundidad al incrementar el contraste de los negros y difuminar / rebajar la intensidad de los colores claros.
En 2018, ambos autores publicaron un nuevo reportaje usando las mismas técnicas, en este caso sobre la guerra de Siria, y otro en formato convencional sobre la situación en el Mediterráneo.
Muchas gracias, me ha parecido muy interesante este artículo dentro de los que pones: https://migracionesclimaticas.org/migraciones-climaticas-el-mito-de-las-cifras-apocalipticas-y-sus-consecuencias/
ResponderEliminarCreo que este programa de radio de media hora, no está puesto:
ResponderEliminarhttps://www.ivoox.com/dibujando-historia-la-grieta-carlos-spottorno-audios-mp3_rf_62632644_1.html
¡Gracias, Ricardo!
Eliminar¡Me ha encantado! No he podido parar de leer, es un artículo y una información buenísima, enhorabuena
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