26 de diciembre de 2011

Un autor, dos autores. Jean Giraud y Moebius

Este mes leímos la obra del autor francés Jean Giraud, tanto las que firma con su propio nombre, las aventuras del teniente Blueberry, como las de ciencia ficción que firma con el seudónimo de Moebius, por ejemplo, El Incal, o, la que hemos leído, El mundo de Edena.
Nos llamó mucho la atención cómo una misma persona puede hacer cosas tan diferentes, aún sabiendo que de las primeras, al menos en su mayor parte, era solo dibujante, y en las otras, también guionista. En general parece ser que nos gustó más Blueberry.
De Blueberry leímos la saga que comienza con Fort Navajo, que inició la colección, y la que gira en torno a OK Corral, uno de los últimos números publicados y guionizado ya por nuestro autor.
Nos llamó la atención la evolución del dibujo que pasa del abigarramiento de los primeros números, un tanto sucio pero lleno de detalles, y que tan bien nos transporta a algunos a la atmósfera del oeste y del spagetti western, al más estilizado de los últimos números. Unido a ello, se comentó el cambio en el ritmo, los primeros más proximos al ritmo de los antiguos western, los nuevos más cercanos a las películas de acción actuales. Por último notamos también el cambio en los rasgos del protagonista, que en los primeros estaba inspirado en Jean Paul Belmondo.

De El mundo de Edena nos gustó especialmente el dibujo y algunos números, aunque en otros nos perdimos un poco. Nos preguntamos qué es propiamente ciencia ficción y qué llevó a Moebius a hacer una obra tan diferente y hablamos de su relación con  el movimiento New age, las drogas y Jodorowski, el cual por cierto, nos espera dentro de un par de meses.
¡Os esperamos!

1 comentario:

  1. Tengo que agradecerme a mi misma el haber sido tan torpe, en la tierna adolescencia, por no haber conocido la colección de Blueberry.
    Gracias a ello, ahora he podido disfrutar, y mucho, al descubrir un personaje de esos que en las películas se convierte en sex-simbol. Pendenciero pero fiel a sus amigos, jugador y tramposo pero justo y leal. Con un pie a un lado de la raya que marca la ley, y con el otro firmemente anclado en la ilegalidad. Vamos, el prototipo de canalla guaperas por el que casi todas las chicas suspiramos y al que la mayoría de los chicos quisieran parecerse.
    ¿Y cómo podría ser de otra manera si la “musa” fue el mismísimo Belmondo?
    Las historietas del oeste, con ese trazo “sucio” e intenso, esos paisajes áridos y polvorientos, perfectamente documentadas, al menos visualmente e intuyo que históricamente también, te trasladan fácilmente a una época y unas situaciones emocionantes, al cine en blanco y negro de indios y vaqueros. Como pega…el abuso en exceso de la fortuna in extremis del protagonista. Pero yo al menos se lo perdono por los buenos ratos que he pasado.
    Me han gustado más, los cómics de la primera etapa, cuando el western era el clásico. Reconozco que en OK Corral, la trama está mucho mejor elaborada y que el guión es mil veces mejor, pero he disfrutado más con Fort Navajo. Aunque es posible que haya sido por la emoción de conocer al personaje y porque en OK Corral, la historia no la he leído entera ya que había unos previos a ese capítulo que no leímos, mientras que de Fort Navajo, la historia empezó y se desarrolló hasta el final.
    En cuanto a su trabajo como Moebius en Edena, tengo sensaciones y pensamientos encontrados. Por una parte el dibujo es interesante y el 2º y 3º libro prometen mucho, me crearon grandes expectativas sobre la creación del mundo, la vuelta a los orígenes, Adán y Eva en el paraíso…pero, como viene siendo habitual en mi relación con este autor, me siento estafada. Pienso que de repente se aburre y hace cualquier tontada pensando que tan solo con su firma tiene el crédito reconocido. Aquí ha vuelto a hacerlo. La historia parece que no sabe por dónde seguir y se pone a desvariar y a meter hojas e incluso un libro entero de relleno, para luego salirse por la tangente y cerrar la historia de manera facilona con esa dualidad “sueño/realidad” de la que tanto le gusta abusar.
    Pero en conjunto, una elección para la tertulia muy acertada.

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