22 de noviembre de 2020

Angoulême 2020

Jeff Lemire y Dean Ormston, Black Hammer 1. Orígenes secretos (Black Hammer v.1: Secret Origins, 2017)
Selección Oficial del Festival de Angoulême 2018
Premio Eisner 2017 a la Mejor serie nueva. Nominación a Mejor guionista

Seth, Ventiladores Clyde (Clyde Fans, 2019)
Premio Especial del Jurado del Festival de Angoulême 2020

El prolífico Jeff Lemire ha aparecido en dos ocasiones (2018, 2020) en la Selección Oficial del Festival de Angoulême, mientras que La vida es buena si no te rindes, de Seth, fue candidato en 1999 a mejor álbum extranjero. Al concederle en 2020 el Premio Especial del Jurado por la obra que hemos leído, la organización señalaba:

(...) su elegancia gráfica está imbuida de nostalgia, y no tiene igual cuando se trata de contar historias íntimas que tocan la condición humana universal.

Por encima de los reconocimientos recibidos, Black Hammer y Ventiladores Clyde pueden considerarse, por varias razones, las creaciones más representativas de sus autores, al menos hasta el momento. En primer lugar, los dos canadienses nos proponen relatos muy extensos. Orígenes secretos es el inicio de un universo propio en expansión, mientras que Seth ha tardado más de veinte años en completar este relato, del cual conocíamos solo una parte, publicada en 1997.

Además, condensan los temas e intereses centrales de ambos. Conocimos a Lemire con Essex County, una serie de historias situadas en un entorno rural y, desde entonces, ha compaginado el trabajo en obras de carácter independiente con guiones para series protagonizados por superhéroes de las grandes compañías, dándoles su toque personal y aportando nuevas ideas que huyen de los argumentos más conocidos. Por su parte, en los relatos de Seth siempre están presentes la familia, el pasado, la soledad, el coleccionismo...

En apariencia, estamos ante cómics muy diferentes. Sin embargo, como en otras ocasiones, podemos encontrar muchos puntos de contacto.

Las dos narraciones se sostienen en la evolución y relaciones de los personajes; los sucesos, evidentemente, son importantes, pero lo que se nos intenta transmitir no gira sobre golpes de efecto o acción sorprendente. Quizá podemos hablar de escritura orgánica, en oposición a funcional, sobre todo al abordar Ventiladores Clyde. Como señalaba Aristóteles en su Poética, el principio de unidad orgánica obliga a que la acción se presente como "un todo completo, con sus diversos incidentes tan estrechamente conectados que la transposición o retirada de cualquiera de ellos disolverá y dislocará el conjunto". El filósofo griego también se oponía a los géneros literarios como marco obligatorio de clasificación.... y algo parecido hacen estos cómics, que toman elementos de varias tradiciones.

En ambos se plantea la dicotomía entre fuera y dentro, ilusión o realidad. Unida a una reflexión sobre qué es la familia -tanto la biológica como la construida-, la casa puede ser vivida -siempre o alternativamente- como una prisión o un refugio, un lugar en el que se está atrapado o que, por el contrario, protege y da la oportunidad de desarrollar una nueva vida, con menos presión que la anterior. Los personajes de ambas obras puedan analizarse según su posición en este continuo... En Rockwood, Abraham Slam y Gail (doblemente encerrada por su cuerpo de eterna niña) se encuentran en polos opuestos, mientras que Barbalien, con el descubrimiento de una posible relación de pareja, parece encontrarse en un punto intermedio. Y los hermanos Clyde acaban sintiendo lo mismo, aunque en distintos momentos de su vida, por el hogar familiar.


Los espacios son un protagonista más en estas historias. La granja, el pueblo y los límites de lo que se puede explorar -o la ausencia de fronteras en la Para-Zona del coronel Weird-; los pasillos, habitaciones y objetos de Ventiladores Clyde, descritos con una minuciosidad que recuerda los juegos con el lenguaje, clasificaciones e inventarios de objetos con una fuerte carga biográfica de Georges Perec. Las enumeraciones y descripciones detalladas del francés como eficaz retrato sociológico (Las cosas, Lo infraordinario) se transforman en viñetas multiplicadas, mientras que los paseos por la vivienda recuerdan el tablero de La vida. Instrucciones de uso. Y tendremos que hablar de cómo Seth utiliza las transiciones, y del contraste entre las páginas repeletas de palabras y aquellas que contienen solo imágenes, ambas igual de expresivas...

Otro de los temas centrales es la influencia del pasado y la memoria en las actitudes personales ante el presente, y qué posibilidades de futuro generan; por eso son esenciales las analepsis, que explican progresivamente la conducta de los personajes. La mirada al pasado se tiñe de nostalgia en el homenaje explícito de Lemire a la cultura popular, los cómics pulp, la Edad de Oro y los inicios de la Edad de Plata de los superhéroes (¿se puede disfrutar igual si no se tienen esas referencias previas?). Y refleja la personalidad de Seth, que se muestra, como ocurría en La vida es buena si no te rindes, en la obsesión de sus personajes por coleccionar imágenes (humor gráfico, postales trucadas) que tuvieron cierta popularidad durante un tiempo breve, para caer pronto en el olvido y la incomprensión de quienes no encuentran el significado emocional que los protagonistas les dan.

 Unido a esto, hay una reflexión sobre  la pérdida y el fracaso, entendido como la incapacidad para responder a los propios deseos y/o a las exigencias externas. Abe Matchcard opta durante gran parte de su vida por olvidar -a su madre enferma, a su padre, a las mujeres-; Simon se refugia en el pasado y la imaginación, en fantasías que recuerdan a la demencia de la madre. Cuando reconocen conductas -como hablar solos- y un pasado en común, ambos coincidirán en el significado que dan a la vivienda, quizá lo único que les queda.


En definitiva, la relevancia de este obras radica, más allá de las etiquetas que se les quieran asignar, en su capacidad para tratar con profundidad nuestras realidades y, sobre todo, sentimientos e intimidad -algo de lo que siempre merece la pena hablar-. Por eso, seguramente no basta con despachar Black Hammer señalando que con anterioridad ya habían surgido muchas revisiones del género superheroico (incluyendo un clásico como Watchmen), o calificar Ventiladores Clyde como un slice of life particularmente lento. De todo ello conversaremos en la tertulia :-)

1 comentario:

  1. Muy interesante! Como para discrepar ahora! Ya solo por esta entrada merece la pena haberlos leído. Muchas gracias

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