29 de septiembre de 2016

El arte

Juanjo Sáez, El arte: conversaciones imaginarias con mi madre (2006)
Santiago García y Javier Olivares, Las meninas (2014)
Premio a la Mejor Obra de autor español. Salón Internacional del Cómic de Barcelona 2015
Premio Nacional de Cómic 2015
Pablo Auladell, El Paraíso perdido (2015)

La reflexión sobre el arte ha generado en los últimos años muchos cómics interesantes. Hemos escogido tres que ejemplifican diferentes acercamientos al tema: un diálogo con el lector, entremezclado con recuerdos personales, sobre el sentido de la creación artística; la adaptación de un poema narrativo del siglo XVII; un acercamiento a la vida e influencia de Velázquez que habla también sobre la estructura social de la época y la naturaleza del arte.

En El arte... Sáez aboga por la supremacía del sentir sobre la racionalización. Crear o contemplar una obra nos permite rememorar sensaciones, pero también modificar nuestra interpretación de los hechos y generar alternativas: "hay que desconfiar un poco de ella [la percepción], hay que intentar retocarla (...) para que nos muestre la salida que más nos guste y ser consciente de ello".
Reivindica el arte como parte importante de la vida cotidiana -por eso, critica con dureza la separación entre el artista/intelectual y el resto-, un camino para entenderla y darle sentido, encontrar consuelo y enfrentarse a la soledad.
Una nueva edición ampliada del cómic, aparecida diez años después de su publicación original, ha supuesto su vuelta a la actualidad pública, aunque por suerte ha sido una referencia permanente durante este tiempo. En esta conferencia (a partir del minuto 25) habla sobre la obra:


Las Meninas tiene puntos en común con el anterior. Si Juanjo Sáez hacía un recorrido por el arte contemporáneo, García y Olivares amplían la mirada hasta el Siglo de Oro y los pintores barrocos. La reflexión sobre la naturaleza y el para qué del arte se centra en este caso en la forma de concebirlo: ¿es un oficio, una profesión más?, ¿es una mercancía con la que hacer negocios y enriquecerse? o ¿solo es admisible el arte puro?
La pintura más conocida de Velázquez es el centro de un cómic que utiliza un amplio catálogo de recursos narrativos -estructuración de los contenidos, composición de textos o diferentes técnicas de dibujo-. Al construir una historia sobre su significado, nos invita a explorar el cuadro original con atención. Además, destaca la influencia que ha tenido en otros artistas de renombre que la tuvieron como fuente de inspiración o como un reto a superar.
¡Ojalá la exposición Dibujar Las Meninas llegue a las bibliotecas de Navarra, como ya han disfrutado en otras ciudades!


Cuatrocientos cincuenta años después, Auladell dota de personalidad propia, gracias a las imágenes, a su fiel adaptación de un clásico de la literatura inglesa. El imperfecto y vital Satanás sigue resultando más cercano al lector que las vengativas y poco humanas élites celestiales; su corporeidad, que Milton destaca a lo largo del poema, se traduce eficazmente en las imágenes de sus transformaciones en animales y sus cambios de tamaño, voluntarios o no.
Las emociones, expresadas a través de una gestualidad dramática, consiguen el mismo efecto que el poeta con sus versos. Destaca también la importancia que da a volar -los cielos son escenario principal de la obra y las aves un elemento permanente- como símbolo y señal de poder y libertad.
Un elemento añadido por el autor del cómic, de gran significado, es el paralelismo que establece entre dos momentos de la obra: Satanás viste a Belcebú ("el primero después de él") con la cabeza sangrante de un toro al que ha matado antes con su lanza; Dios, sin embargo, corona a su Hijo con la cabeza de un cordero inmaculado. Frente a las limpias ilustraciones de Gustave Doré, Auladell nos propone imágenes llenas de realidad.