19 de noviembre de 2010

Essex Country, trilogía de Essex

Trilogía de Essex:
Essex County 1: Historias de la granja


Essex County 2: Historias de fantasmas


Essex County 3: La enfermera rural


Editorial Astiberri
Autor Jeff Lemire
Canada

Trata de la historia de una familia, contada de forma no lineal y de cómo los acontecimientos y acciones de los miembros de la familia se van repitiendo generación tras generación.
Contada de forma no lineal, es uno de los alicientes de la obra, ya que el lector intenta adivinar según avanza la historia la relación entre los personajes y el quién es quién termina siendo un acto necesario e inevitable.

Críticas en los comentarios

9 comentarios:

  1. Me ha parecido una historia normalilla, nada para echar cohetes. De hecho, me he obligado a terminarlo porque no me despertó el suficiente interés como para generar una intriga, después de los dos primeros no me surgió la necesidad de leer el tercero.

    El dibujo no es de mi agrado. Creo que dibuja bien, pero no es el tipo de dibujo que me engancha. Sin más.

    La historia o la forma de contar los tres tomos me ha recordado algo a Rosalie Blum (que si me enganchó, sí que me generó algo de intriga) por el hecho de hilar las historias en diferentes tomos y entrelazar las vidas de alguna forma, pero de lejos, se parecen de lejos. Porque aquí aunque sea ficción parece demasiado biográfico, es la historia de una familia un tanto peculiar, no muy estandar o no muy ortodoxa contada de forma no lineal. Varias generaciones que pasan diferentes etapas pero sin ninguna intriga. En Rosalie, tenía algún detalle extraño y curioso, como el compi de piso, las extravagancias del peluquero que decide seguir a una desconocida, la vida de la sobrina de Rosalie... pero aquí no hay nada, nada.

    El cuervo, amigo o mascota de quien empezó todo con la monja, también juega un papel, es quién vigila a todo el mundo en todo momento, el que parece observar desde la distancia que la línea sucesoria continúe pase lo que pase, pero tal vez es un recurso poético que no llego a comprender. Para mi sobra. Algo no me encaja, no lo entiendo.

    El hockey... está ahí, pero tampoco me dice nada, es un deporte que tiene enganchada a la familia, pero no me parece que sea importante, es una actividad, un sueño, algo que puedo ser y nunca se materializó en ningún miembro de la familia. De hecho con lo importante que es el hockey en Canada, luego tampoco los reconoce nadie a ninguno de ellos, son estrellas de segunda, fugaces y olvidadas... todos quieren ser importantes en el mundo del hockey y todo termina como un sueño.

    Tal vez es porque todos los personajes son muy fríos, muy distantes en sus relaciones, desde la monja hasta el último protagonista, quitando la cuidadora que se quiere involucrar en la vida de los demás, el resto son muy lejanos, fríos, pasan de las relaciones humanas, y yo creo que eso se me ha transmitido, no me genera ningún tipo de afecto, ninguna sensación de apego al cómic, no me atrae en absoluto.

    En resumen, es una historia que pasa sin pena ni gloria para mi gusto, por lo menos así ha sido en mi caso, no me ha llegado. Es la biografía ficticia de una familia sin ninguna gracia especial.

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  2. Esta trilogía habla de la soledad. La soledad en las granjas del Condado de Essex y en medio de la multitud de las calles de Toronto. Contado con saltos en el tiempo, el autor nos muestra dos ramas familiares en las que se dan acontecimientos más o menos trágicos, y donde los hijos no son del padre que aparentan ser. Relaciones familiares difíciles y descubrimientos difíciles de asimilar, vidas solitarias, pérdidas, demencia incluso... Todo con el telón de fondo del hockey y la huida al mundo de la imaginación.
    Me gustó especialmente el modo de componer las viñetas, sobre todo las transiciones entre realidad presente y recuerdos.
    Un cómic que se lee muy rápido y sin embargo me hizo llorar. Esta es la única pega, que es TRISTE, muy triste.
    Mi nota: 6,8 (hala, afinando)

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  3. Desgraciadamente me perdí casi entera la tertulia sobre este cómic. Por lo que sé estuvo de lo más interesante. Como no pude contar lo que me había parecido, ahí va mi crítica.
    Ya ha dicho Anica que este cómic trata de la soledad. Pero ¿por qué nos sentimos solos? Dando un paso más creo que no sólo trata de la soledad, sino precisamente de lo que provoca este sentimiento: la incomunicación.
    Historias de la granja me robó el corazón. Creo que el resto de la trilogía redunda en el tema que ya quedó, desde este primer número expresada de manera deliciosa. Cuando no conocemos algo sobre nuestro origen y nuestras pérdidas, se sufre una profunda laguna en la existencia. El protagonista intenta, gracias a su imaginación y a los pocos datos que conoce sobre la pérdida de sus padres, hilvanar el relato de su vida. Los recursos narrativos y visuales que conforman ese relato son manejados hábilmente por Jeff Lemire. Así, tanto con lo que se dice, como con lo que se intuye conocemos la verdad. Esa verdad que el protagonista necesitará otros dos tomos para conocer es desvelada al lector ya desde el primero, con mínimos gestos llenos de poesía.

    El relato de las vidas de los dos hermanos narradas en Historias de Fantasmas, me resultó menos sorprendente y, a pesar de que también disfruté mucho con su lectura, encontré este cómic más evidente, con una historia más trillada. A pesar de eso, me gustó mucho cómo seguía hablandonos de aislamiento. Un anciano con Alzheimer, la sordera, la pérdida de la individualidad en las urbes, y cómo podemos alejarnos de lo que más queremos por no romper determinadas barreras.

    Esta saga termina con Enfermera rural. Encontré este cómic prescindible dentro de la trilogía. La historia de la enfermera y su familia me entretuvo, sin embargo creo que no aporta gran cosa al conjunto de la historia. La poesía que destilan los otros dos tomos (el primero sobre todo) se desvirtua con un intento de atar cabos y sacar conclusiones. El autor desconfía del lector e intenta aclarar todos los puntos oscuros.

    En cuanto al dibujo, me gustaría destacar el trazo ligero, vivo y nervudo con el que Lemire retrata a sus personajes, sin embargo encuentro mucho más duro ese trazo recto con el que nos presenta los planos generales.

    Una trilogía honesta y de lectura muy recomendable.

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  4. Leo Essex County y recuerdo que en la formación de terapeutas, educadores y trabajadores sociales cada vez es más frecuente incluir el trabajo sobre la familia de origen.
    Supone dedicar un espacio a conocer y reflexionar alrededor de la historia que nos han contado nuestros padres sobre el grupo inicial de pertenencia: la familia. Pueden hacerlo explícitamente -a través de sus relatos y anécdotas, los comentarios repetidos sobre otros parientes, al enseñarnos los álbumes de fotos- o sin palabras -con quién se celebraban las fiestas importantes, cuál era el patrón de relaciones dentro del núcleo familiar, etc-.
    Se basa en la idea de que nuestra forma de ver el mundo y de actuar queda marcada por la versión -una de tantas posibles- que nos han contado de la historia familiar, por los mitos y valores que estaban presentes en el día a día, por lo que se transmitía diciendo y al callar.
    Alrededor de ese planteamiento gira el cómic, ¿no? Todas sus páginas presentan los lazos, a veces desconocidos para los protagonistas, pero reales, que configuran la historia de dos familias.
    Me gustan los recursos que encuentra el autor para reflejar esas relaciones, en especial la de Lester y Lou, tan simétricos: mientras que el niño de Historias de la granja imagina y se ve obligado a volver a la realidad constantemente, el anciano de Historias de fantasmas no puede evitar pasar de lo real a lo imaginario, pero ambos utilizan las ensoñaciones como recurso.
    Otro ejemplo: en el segundo número ambos recorren el mismo camino de manera literal, aunque en sentido inverso, cuando se encuentran por la noche. Uno quiere escapar de una casa que no siente como propia, el otro desea volver a su hogar lleno de recuerdos.
    Especialmente bien resuelto está el final del primer volumen, cuando Lester encuentra la forma de explicar(se) el final de la relación con Jimmy y, al mismo tiempo, dejar atrás su disfraz. ¿Dejará de soñar entonces?, se pregunta uno.
    Aún más clara es la historia compartida entre ambos: ninguno de ellos sabe realmente quién es su padre. Al menos Lester tendrá la oportunidad de conocer la verdad, y quizá con ello crear una historia nueva.
    Otro tema central es la soledad y el desencuentro tras un hecho doloroso, y los intentos de recuperar las relaciones a través de la comunicación -entre tío y sobrino en el vol. 1, entre hermanos en el vol. 2-.
    Quizá en el tercer volumen, La enfermera rural, Lemire se equivoca al intentar cerrar todas las líneas y hacer demasiado explícito lo que nos quiere contar. Empeñado en que, como la enfermera, lo sepamos todo, no deja de mostrarnos al cuervo testigo y acompañante que aparecía en los dos primeros números; repite las escenas de la entrada al desván (en el vol. 2, Lou; en el vol. 3, Anne) y la conversación mientras cenan entre Lester y Kenny; nos muestra a Lawrence dando de comer a las gallinas o con una manta igual a la capa de Lester...
    Por último, volviendo a aquello de lo que hablaba al inicio, Historias de la granja contiene uno de los mejores ejemplos de cómo establecer una vinculación sin juicio:
    Jimmy: -Bonito traje, por cierto. ¿Se puede saber qué haces aquí?
    Lester: - Soy un superhéroe. Se aproxima una invasión alienígena. De momento solo son exploradores. Tengo que matarlos antes de que puedan informar a la flota principal.
    Jimmy: - No me jodas. Entonces deberías hacerte una torre vigía allí, detrás de los árboles. Así podrás ver a esos mamonazos cuando amanezcan.
    ¡Me encanta! Una historia sobre la soledad y la familia construida a través de los encuentros.
    Y tengo que ver un día un partido de hockey...

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  5. Bella. Melancólica. Poética. Agridulce. Maravillosa.

    Así me ha resultado esta trilogía, aunque a mí tambien, el tercer tomo me ha parecido que no está a la altura de los otros dos, siendo el segundo el que más me ha gustado.

    Muy recomendable.

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  6. Adjunto enlace a un artículo que escribí hace unos meses en la revista virtual "La Casa de los Malfenti" en el que doy mi opinión al respecto de esta trilogía. Como os podéis imaginar, me ha encantado...

    http://www.lacasadelosmalfenti.com/anumero35/novenoarte.html

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  7. Ahora que han pasado varias semanas desde que leí los cómic, incluso varios meses desde que leí el primero, pienso que realmente el que me gustó fue “Historias de la granja”, el nº1, y pienso también que los otros son prescindibles, si bien “Historias de fantasmas” podría hasta catalogarlo de interesante por sí mismo, cosa que en absoluto puedo decir de “la enfermera rural” que no veo por dónde cogerlo de lo aburrido que me resultó.
    Cuando leí el nº 1 , me gustó la manera de presentar la soledad y los recursos infantiles para escapar de ella –sirven tanto un antifaz y una capa como volcar el afecto en la primera persona que le sigue el rollo de colega a colega en misión salvadora de la amenaza alienígena – ; el dialogo que ha señalado Jesús en un comentario anterior, es el mismo que rescato de todo el cómic, es directo y claro, el vínculo entre los personajes surge en ese momento y nada podrá hacer que se rompa, ni tan siquiera la amenaza de los adultos impidiendo a tu compañero de vigia alienígena que se acerque a ti. El cielo rojo…tu y yo.
    Sin embargo el nº 2 , a pesar de contar una historia completa, no lo considero necesario, no tiene la originalidad del anterior , ni unos diálogos tan buenos y el desenlace es más que previsible a partir de las 10 primeras páginas, aunque sea agradable de leer, lo puedo olvidar enseguida, no me sorprende nada, es como un dêjà vu.
    El nº 3 que cierra supuestamente esta historia (que para mí no es tal trilogía, puesto que el primero tiene entidad propia), es totalmente prescindible, lástima de árboles sacrificados para imprimirlo; me daba la sensación de que el autor se había ido quedando sin ideas según avanzaba la historia y que para este tercer tomo, había que completar viñetas como fuese, aunque fuese a costa de aburrir al lector ; en su favor diré que es un arte llenar tanto espacio de vacío y que además te lo publiquen; una tesis sobre el vuelo de la mosca no ocuparía tantas páginas.
    No recomiendo esta trilogía, aunque tampoco la condeno, diría en términos de belleza, que es “del montón”.

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  8. Mucho temo que mi comentario diga cosas ya dichas en los anteriores... pero no por repetidas se hacen menos verdad, supongo.

    Como ocurrió a varios, para mí el gran descubrimiento fue el primer volumen... el que habla de esas sensaciones que rara vez se nos presentan por separado, soledad e incomunicación, agrandadas en paisajes de blanca inmensidad, retratadas en enormes mesas donde se sientan dos sin que se sienta ninguno, dibujadas en eternos silencios que sólo se explican en el tremendo dolor que marca el duelo...
    y en medio de todo eso un personaje un tanto ajeno de todo que sirve a un niño para reengancharse a la realidad... un adulto que no es tal, alguien que le da a Lester una torre vigía, un amigo y hasta la ilusión de un padre...
    Por todo esto, Historias de la granja merece todas las alabanzas... el segundo volumen es, en mi opinión, una buena historia contada de una forma correcta... que incide en cosas ya dichas antes y de una forma más intensa (aunque un par de momentos me llevaron como a Anica a las lágrimas...). Y si el segundo decae, el tercero se hace innecesario... poco aporta y nada nuevo dice.

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  9. Después de pasado un tiempo de la lectura y de la tertulia, vuelvo a este comic.
    Veo que no me ha dejado un gran recuerdo: Es interesante y agradable de leer,pero, tanto el tema como el estilo me resulta demasiado manido.
    Ciertamente, tras los distintos comentarios encontré aspectos más interesantes, como la cuestión de las estructuras que se repiten y la liberación de ellas; pero veo que tampoco me han dejado mucha huella, y hay detalles formales, como el recurso del cuervo, que me parecen indicar cierta pretenciosidad... es decir que le mueve más al autor hacer una historia "profunda y bonita" que la íntima necesidad de contar algo.
    De todos modos, esta es una impresión muy subjetiva, y, por otra parte, disfruté bastante leyéndolo, sobre todo lo referente al hockey. Un 6.
    Ricardo

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