29 de enero de 2014

Tertulia enero 2014: Premiados en Angoulême

Siempre que se acerca el Festival internacional de cómic de Angoulême dedicamos una tertulia a obras premiadas en ediciones anteriores.
En esta ocasión elegimos a dos autores franceses que, desde puntos de vista muy diferentes, hablan sobre la memoria: la añoranza de la niñez frente a la lucha contra la pérdida de la identidad que genera el olvido.



Blucht, El pequeño Christian (1998, 2008)
El tomo 2 fue elegido entre los Esenciales del Festival 2009.
Su autor recibió ese año el Gran Premio de Angoulême, que le supuso ser presidente del jurado en 2010.

Christian Hincker (Blucht) se ha convertido en uno de los principales autores franceses de cómic tras darse a conocer, a finales de los 80, en la revista Fluide Glacial.
A través del personaje principal, un niño que se llama igual que el autor -aunque no se trata de un relato autobiográfico-, nos acercamos con humor e ironía a la forma de vida de la generación que creció en los años setenta del siglo XX acompañada por Steve McQueen, John Wayne, Marlon Brando, Lucky Lucke, Mickey Mouse y las películas de vaqueros.
Las referencias culturales de los que nacimos algo más tarde fueron diferentes, pero las preocupaciones serán siempre las mismas: la rebelión ante la autoridad paterna, el descubrimiento del sexo, el deseo de convertirse en adultos y seguir siendo niños al mismo tiempo...
Santiago García analizó el cómic en su blog. Álvaro Pons reseño otras dos obras suyas, Peplum y Velocidad moderna.


Élodie Durand, El paréntesis (2010)
Premio Revelación Angoulême 2011.

Según la propia autora, este cómic "es la historia de una joven de poco más de 20 años, un drama sobre su vida, que parece no tener retorno, sobre enfermar y perder el yo. Este relato es una batalla contra la adversidad. Habla sobre la memoria, a veces tan frágil, sobre una recuperación inesperada, sobre cómo un día reaprendí el alfabeto, a contar y a encontrar mis recuerdos".
Little Nemo's Kat analiza los recursos estilísticos de la obra. La narración permite hablar de enfermedades neurológicas y del funcionamiento del sistema sanitario, de la construcción de la identidad a partir de las experiencias cotidianas, del papel de la familia y de resiliencia, pero el mejor análisis se encuentra en las palabras de su joven autora.



Régis Faller, Polo y Lilí
Cuarto álbum de la serie protagonizada por Polo. En esta ocasión, se encontrará con Lilí, que cambiará todas sus costumbres y a la que echará mucho de menos...
"En su pequeña isla, Polo lleva una vida tranquila. Aunque está solo, nunca se aburre: cultiva su huerto, prepara su comida, pesca y lee antes de irse a dormir. Una mañana Lilí cae del cielo y aterriza en su habitación. Pasan el día juntos, haciendo las mismas cosas que Polo solía hacer completamente solo. Y aunque Lilí perturba un poco su vida cotidiana, le divierte, le hace reír y finalmente se hace su amiga. El relato, sin palabras y en forma de tebeo, resulta comprensible por el lector gracias a la disposición de las viñetas y a la expresividad del personaje protagonista." (Reseña del Servicio de Orientación de Lectura).

7 comentarios:

  1. Fue una tertulia de lo más interesante y encendida, en la que tuvimos además una nueva tertuliana. ¡Bienvenida!

    A mí me gustaron las dos obras, y me gustó descubrir Paréntesis que había leído antes sin demasiada atención o interés. No sabía que los casos de epilepsia podían ser tan grave, y me interesó el tema de la resilencia, toma ya, y el tono en que estaba contado que, como bien apuntó alguien, podría deberse a la misma enfermedad. Lo que sí es cierto es que refleja muy bien las propias contradicciones de la autora a mi parecer.

    Blucht, divertido y tierno, sobre todo por el modo de contarlo, con las referencias a los cómics, la tele y el cine. Me gusta especialmente la aparición de Brando, con la que me sentí un poco identificado, y el final donde se refugia en el cómic con todos los personajes escondidos detrás suyo. ¡Una gran tertulia!

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  2. ¡¡¡Gracias por hacer la reseña!!!

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  3. Sobre el comic de Blutch, decir que me pareció entrañable y nostálgico, pero sin caer en chistes burdos, me enganchó. Es buenísimo cuando se cree un cowboi, o stifmacuin. Me ha gustado como aborda los recuerdos de niño, con las exageraciones y las cosas a las que se le dan importancia en esa época. Entrañable.

    Sobre el paréntesis, también me ha gustado. Hablamos también de los recuerdos al tratar este comic, y en mi opinión también los cuenta de una forma magistral. Tras el drama que cuenta en el comic, te explica sus recuerdos, mitad de su cabeza, mitad apuntados en una libreta, lo que da fuerza a la teoria de que los recuerdos se regeneran y se reinventan cada vez que los recordamos.
    Me encantó cómo retrata los hospitales, y más que eso, cómo se sintió la protagonista frente a los médicos. Una escena que me impactó fue cuando sale una bacinilla, o cuña para orinar, y se puede leer al lado algo así como que una cosa tan simple puede humillarte tanto.
    Un dramón pero contado sin dar pena, me ha gustado mucho.

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    1. Coincido con Ricardo en que El parentesis me ha descubierto la realidad de la epilepsia, de la que sabia muy poco. Me gusta el tono general del relato muy bien acompañado por el dibujo, y destacaria el papel de su familia en el continuo apoyo durante su enfermedad, sin ese colchon probablemente la salida seria mucho mas dificil

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    2. ¡Y gracias. RICARDO y Joste por sus reseñas!

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  4. Que buena tertulia amigos. Como ha dicho Ricardo, con nueva tertuliana que aportó cosas de lo más interesantes. A mi personalmente lo que más me gustó del cómic fue que incluya los bocetos y temblorosos dibujos que la autora hizo durante su enfermedad, me conmovieron porque son un testimonio de esa búsqueda y lucha por recuperar algo perdido, la capacidad de dibujar, algo que lleva años conseguir. Comprendí muy bien cómo, de un plumazo, tu identidad y todo lo que crees que la conforma se pueden perder y la lucha titánica que supone volver a recuperar estas capacidades. Me transmitió todo su sufrimiento, aunque no entendía por qué estaba tan carente de emociones. Nuestra nueva compañera arrojo luz al asunto al hablar de cómo esas capacidades emocionales suelen verse deterioradas por la propia enfermedad, entonces me pareció doblemente valioso el cómic.
    Igualmente muy interesante el debate que tuvimos sobre los recuerdos y la recreación, que solemos hacer, de los hechos tal y cómo ocurrieron. Recuerdo la tertulia con gusto, y estoy convencida de que fue así :D
    Como siempre una alegría compartirla con vosotros.

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  5. Recordar, poniendo el punto positivo, que la mayoría de los casos de epilepsia pueden llevar una vida normal.

    Un placer compartila con vosotros, es verdad.

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