20 de octubre de 2014

Tertulia noviembre 2014: Saga

Brian K. Vaughan y Fiona Staples, Saga (2012-serie abierta)
Premio Hugo 2013 a la mejor historia gráfica.
Premios Eisner 2013: mejor serie regular, mejor serie nueva y mejor guionista.
Premios Harvey 2013: mejor serie regular, mejor serie nueva, mejor número único, mejor dibujante y mejor colorista.
Premios Eisner 2014: mejor serie regular, mejor guionista y mejor dibujante.
Premios Harvey 2014: mejor serie regular, mejor guionista, mejor dibujante y mejor portadista.

Saga es publicada originalmente en Estados Unidos como un comic book mensual por la editorial independiente Image Comics. Planeta DeAgostini la edita en castellano coincidiendo con los recopilatorios norteamericanos en rústica.
Así, mientras que en octubre de 2014 aparecía el nº 24 USA, en la tertulia podemos leer hasta el nº 18. Más que suficiente para darnos cuenta de que Saga está convirtiéndose en una de las obras más importantes de la década.
Además de la vuelta de su guionista al mundo de los cómics tras un breve paréntesis, la decisión de publicar  Saga en una editorial independiente es una reivindicación explícita de la libertad creativa y de los derechos de los autores sobre sus obras. Image, la tercera editorial del sector en Estados Unidos, fue creada en 1992 por siete de los artistas con más éxito en Marvel Comics, que buscaban generar un espacio de trabajo diferente; por eso, la mayoría de los autores son propietarios de sus obras (marca registrada y derechos) y los editores no imponen el equipo creativo de las series, encargándose solo de su promoción y distribución. Este modelo permite publicar obras muy diversas en temática y estilo, algunas de gran éxito (Spawn, Sam & Twicht, The Walking Dead, Wanted).
- A ellos les preocupan las historias en las que no hay bandos.
Las parejas que van añadiéndose a la trama de Saga cuestionan la norma establecida, o muestran algún detalle en su relación que no concuerda con lo que cada modelo social espera de sus miembros. Marko y Alana son el caso más claro, pero también Barr (un abuelo tejedor que cuida a su nieta) y Klara (la abuela guerrera que protege a Hazel) o Upsher y Doff, periodistas homosexuales en una cultura que castiga esa condición.
Si el comportamiento de los personajes no se adecua a sus roles predefinidos (un androide con traumas de guerra, un asesino a sueldo tímido y con un claro sentido ético), los límites y las diferencias se diluyen, lo que pone en cuestión una guerra basada en un discurso sobre la amenaza de quien no es igual a nosotros.
En este sentido, Hazel es la realidad tangible que cuestiona un conflicto basado en la supuesta imposibilidad del encuentro entre seres diferentes.
Gwendolyn: - El comportamiento de Marko ha mancillado la Narración y deshonrado el recuerdo de los soldados que han dado la vida por nuestra luna.
La Voluntad: - Estás metida en política, o sea que tienes contactos, o sea que eres rica, o sea que probablemente no te creas esas chorradas patrioteras que te han enseñado a recitar.
Al parecer, nadie recuerda bien los motivos que llevaron a la guerra entre Terravista y Guirnalda. Los contendientes iniciales tomaron pronto conciencia de cómo ninguno de ellos podía desaparecer si deseaban seguir en guerra, por lo que necesitaban externalizar el conflicto e implicar a otras civilizaciones.
En el momento en que se inicia la historia, parece que los únicos argumentos empleados para justificar el enfrentamiento son el recuerdo de agravios pasados (ese "y tú más, y antes que yo" que tan familiar resulta en nuestro propio mundo) o una retórica plúmbea y vacía de significado, en la que ya no se puede creer (hasta la ortodoxamente militarista Gwendolyn está movida en realidad por su dolor como amante despechada).
Barr: - La niña. ¿Es normal?
Alana: - No, es la hostia de perfecta.
Pero lo que realmente engancha al lector, más allá de la reflexión política y social, del uso inteligente de los recursos estilísticos y de la estructura narrativa que analiza José Torralba en las introducciones a cada volumen, es la sinceridad con la que se cuenta la historia, el humor en los diálogos y las situaciones -las relaciones entre los miembros de cada pareja tienen mucho de comedia romántica-, la construcción de personajes con los que es imposible no conectar -como Izabel, la fantasma de modos adolescentes pero sabiduría adulta- o la reivindicación del amor y la lealtad (a otra persona, a un hijo, a la familia conscientemente elegida) como motor de nuestra conducta.
Marko: - ¿Y si el autor está insinuando que la guerra no acabará nunca, que es un ciclo perpetuo de brutalidad sin sentido que solo puede "detenerse" con más guerra?
Hazel, la narradora y protagonista, va dejando pequeñas pistas sobre cuál será el futuro del resto de personajes. Y en cada número, Vaughan nos deja con las ganas de saber qué pasará después. Con su uso magistral del "Continuará..." Saga es también una defensa del formato tradicional del comic book mensual y de su capacidad para conectar emocionalmente con los lectores que se acostumbran a leer con regularidad una obra. Esperaremos al cuarto tomo...

Brian K. Vaughan (Estados Unidos, 1976) es el guionista de obras imprescindibles de la última década: Y, el último hombre (otro relato de ciencia ficción, donde todos los seres de género masculino han desaparecido salvo el protagonista y su mascota, un mono capuchino), Ex Machina (cuenta la historia de un superhéroe no muy afortunado que acaba triunfando como alcalde de Nueva York) o Runaways (sobre un grupo de jóvenes que intentan convertirse en héroes tras descubrir que sus padres eran villanos, donde también se reflexiona sobre la familia, los lazos de sangre y el amor).
En la actualidad autoedita digitalmente la serie The Private Eye, con dibujo y color de los españoles Marcos Martín y Muntsa Vicente. También ha participado como guionista, editor y productor en las series de televisión Lost y Under the Dome.

Fiona Staples (Canadá, ?) es la única responsable del desarrollo gráfico de los personajes de Saga, como reconoce su guionista: "Como escritor tengo un montón de ideas abstractas, pero carezco de talento artístico, por lo que dependo de la habilidad e imaginación de mi cocreadora para que todas esas ideas locas parezcan tangibles y reales".
Staples utiliza herramientas digitales para crear sus dibujos: escanea imágenes iniciales en miniatura de los personajes, las trata con Manga Studio e importa el resultado a Photoshop, donde genera los fondos.

1 comentario:

  1. La obra, aunque entretenida y facil de leer, me pareció una revisión más del clásico Romeo y Julieta, con muchos cliches y estereotipos propios de una obra así. Te engancha y quieres ver cómo se soluciona, pero en general, me dio la impresión de ser demasiado superficial.

    Los personajes por ejemplo, siendo razas de diferente planetas, tienen rasgos fisicos diferentes. Los problemas de odio existentes, creo que podrían ser mucho mas interesantes y complejos si las diferentes razas fuesen más parecidas fisicamente, y así poder dar una vuelta de tuerca más al guion que en muchos sitios es predecible y sigue un patrón demasiado sencillo.

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