Fermin Muguruza, Harkaitz Cano y Dr. Alderete, Black is Beltza (2014)
Mientras leía los cómics de este mes, recordé una frase que se atribuye a Mark Twain: "La historia no se repite, pero rima". Walter Benjamin fue más allá cuando escribió que el tiempo está lleno de fantasmas y que estos, vengan del pasado, del presente o del futuro, siempre se comportan igual.
Y es que ambos autores comparten con Howard Zinn una historia personal marcada por la guerra, un antibelicismo militante basado en sus convicciones éticas y la conciencia de que las sociedades han ido actualizando conductas basadas en la dominación, el desprecio al diferente y la violencia.
Es obvio que las dos obras propuestas tienen muchas diferencias. La de Zinn es una adaptación de un extenso ensayo y mantiene una estructura similar a Rupay, un cómic sobre la violencia en el Perú de los años 80 que ya pasó por nuestra tertulia; el primer cómic de Muguruza es, por su parte, una obra original mucho más breve. Si la primera se centra en dos siglos de historia con un estilo a veces denso, la segunda es una ficción que transcurre en dos años a ritmo sincopado. El profesor tiene una clara intención educativa, mientras que el artista crea un thriller de espionaje donde incluye referencias al papel de distintos grupos armados y de las grandes potencias durante la Guerra Fría.

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