23 de abril de 2021

Berlín

Jason Lutes, Berlín. Ciudad de piedras (Berlin, City of Stones, 2001), Berlín. Ciudad de humo (Berlin, City of Smoke, 2008), Berlín. Ciudad de luz (Berlin. City of Light, 2018)

Resulta inevitable vincular la lectura de esta multipremiada trilogía, publicada originalmente en formato comic book a lo largo de más de veinte años (el primer número apareció en 1996), con el actual momento político.
Es inquietante comprobar cómo se asemejan el ascenso de la extrema derecha europea desde finales del siglo XX y el protagonismo creciente del NSDAP durante la República de Weimar, alimentado por la sombra de la resolución de la I Guerra Mundial.
Lo más importante para mí no es comparar o pronosticar basándome en datos específicos, sino examinar los aspectos de la naturaleza humana que subyacen a la injusticia y terror presentes en el mundo. Miedo, autodesprecio, inseguridad; la necesidad que sentimos de demonizar y someter a los demás para asegurar nuestra superioridad; la desconexión del resto de personas. ¿Cómo surgen estas conductas y cómo podemos abordarlas a gran escala? Para mí, esas son las cuestiones que merece la pena investigar. Es necesario resistir la tentación de, por ejemplo, comparar a alguien con un nazi. Hay una fina línea entre aprender de la historia y reducirla a taquigrafía simbólica para sumar puntos en la batalla ideológica.
Entrevista a Jason Lutes en CBR.com
Aunque, como señala el propio autor, no puede establecerse una identificación directa sin correr el riesgo de simplificar la realidad, sí que podemos comprobar cómo estos movimientos emplean mecanismos similares, se nutren de los mismos temores y promueven conductas igualmente negativas: la apelación a una identidad nacional excluyente y enfrentada a quien se percibe como amenaza; la inseguridad, desorientación o incertidumbre que provoca el cambio social y tecnológico acelerado; la apelación a supuestos agravios provocados por terceros, que convierten a los electores en "víctimas" de constantes injusticias; el deterioro de las condiciones de vida generada por la crisis económica; la propaganda que intenta provocar una fuerte reacción emocional; la promesa de mejorar el funcionamiento y resultados de las instituciones con medidas que son, sin embargo, excesivamente simples, etc. Todos esos elementos aparecen en Berlín de forma constante, transmitiendo un clima social de amenaza creciente.
De salir a la calle. Donde cientos de vidas se entrecruzan, con sus correspondientes dolores y penas y decepciones.
(...)
Ya sabía que las calles de Berlín conectan mil pequeños mundos.
Lutes nos acerca a esa realidad a través del retrato de las vidas y pensamientos (homenaje confeso a las distintas voces narrativas en Berlin Alexanderplatz) de personajes que cruzan y entretejen sus vidas. De diferentes edades, sexo, clase y grupo cultural de referencia, contemplar sus reacciones ante el ascenso del nazismo y/o cómo les afecta nos permite ir completando poco a poco el panorama sociopolítico de la época.
Un rol especial se reserva al periodismo, reivindicando su potencial como garantía activa de la democracia frente a la pasividad de los partidos tradicionales.

Además, la escena cultural y artística del momento está presente a lo largo de toda la historia: Frans Masereel, el expresionismo, la nueva objetividad, el jazz y la fascinación por Estados Unidos. En su última parte es sustituida por los protagonistas de la degradación de Berlín y su transformación de ciudad abierta a baluarte del nazismo: Adolf Hitler y Joseph Goebbels.

El estilo gráfico, tan preciso en la representación de los espacios, combina la tradición del cómic europeo con los recursos del cine mudo, en especial cuando aparece el humor. Dentro de una composición de página clásica, destacan las escenas que añaden nuevos recursos narrativos, llenos de expresividad. En una historia que solo parece poder plasmarse en blanco y negro, los vacíos, sombras y silencios están llenos de significado... como la ausencia de cruces gamadas hasta casi el final.


Por último, destacamos la presencia de la magia -metáfora de la evasión- y, en concreto, de Harry Houdini, motivo central de otras de sus obras: Juego de manos y Houdini: El rey de las esposas.
Berlin es un documentando análisis de la realidad alemana entre 1929 y 1933, pero, al igual que Maus trataba también (o sobre todo) de las relaciones familiares, esta obra habla sobre cómo nos posicionamos individualmente ante el discurso del odio y qué papeles puede desempeñar el arte: evasión, encuentro, reflexión crítica...
- Bueno, bueno... ¡Déjeles hablar! También tienen derecho [los militantes del NSDAP].
- ¿Tienen derecho? Claro que lo tienen. Pero solo mientras no haya leyes contra la imbecilidad.

3 comentarios:

  1. Aún con mi incontinencia, se me ha pasado comentar uno de mis temas preferidos de esa época: La ópera de tres peniques de Bretch y un compositor que creo que luego fue a Hollywood. Ya conoceréis.
    De ella proviene el Mack the knife de Bobby Darin y Frank Sinatra y Pedro Navaja de Rubén Blades, aparte de alguna otra canción que canta el mismísimo Bob Dylan.

    La opera a su vez proviene de una opereta inglesa, no sé si del siglo XVI o XVIII.

    De ambas hay buenas películas.

    Muchas gracias, Jesús, great job!

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  2. https://youtu.be/0yzjkgM2I-4 a ti! Hoy escuchaba este youtuber

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