15 de abril de 2022

Mujeres y libertad

Marjane Satrapi, Bordados (Broderies, 2003)
Nominación al Mejor Álbum en el Festival de Angoulême 2004
Barbara Yelin, Irmina (Irmina, 2014)
Nominación al Premio Ignatz al Artista Destacado (2017)
Nominación al Premio Eisner a Mejor Edición Estadounidense de Material Extranjero (2017)


A través de la biografía de mujeres de su familia, las dos autoras abordan la naturaleza de la libertad. Ambas muestran cómo es posible ejercerla solo cuando existe un acceso igualitario a los recursos en un entorno social de tolerancia, no discriminación y no violencia, mientras se disfruta de independencia económica y se puede elaborar una identidad propia, no definida desde fuera.
Este anhelo común de las protagonistas se concreta en su necesidad de encontrar el amor y satisfacer el deseo por encima del "sentido común" o la imposición familiar, y de poder salir de sus países de origen para viajar a lugares donde depositan la esperanza de vivir nuevas oportunidades en un entorno con límites menos rígidos.
A partir de las conversaciones, Satrapi y Yelin retratan con claridad las limitaciones impuestas por la sociedad teocrática iraní en los años 90 y la Alemania dominada por el nazismo, con sus graves consecuencias personales y colectivas.

El humor persa es similar al francés, nos reímos de las mismas cosas: las malas intenciones, el sexo y el el acento de los otros. Reír con los demás es mucho más difícil que llorar.
Entrevista a Marjane Satrapi en Le Monde (2009)
Es una de esas largas tardes en el salón de mi abuela con diez u once mujeres de una generación diferente tomando el té, toda la tarde. Cuando reúnes a diez u once mujeres de la generación anterior, el tema más importante es el sexo.
Entrevista a Marjane Satrapi en Powell's (2006)
Siguiendo la tradición de generar obras uniendo relatos orales (Los cuentos de Canterbury o Las mil y una noches, por ejemplo), Marjane Satrapi nos convierte en oyentes invisibles de historias compartidas en un espacio privado. En Bordados, este predominio de la narrativa construida por diferentes voces se refuerza con la elección de viñetas sin marco que desafían los límites habituales de las páginas y con las diferentes composiciones de rostros y globos de diálogo, que se entrecruzan sin cesar.
Gracias a ellas y a sus historias de amor (o desamor, o ausencia de amor) que terminan mal, podemos tomar conciencia de la presión que ejercen sobre las mujeres la expectativa masculina de virginidad, la falta de comunicación y de satisfacción en las relaciones sexuales, el matrimonio forzado, el abuso, la infidelidad o la fantasía de un héroe romántico que abra las puertas a la libertad. Al tiempo que se muestran estas manifestaciones de la relación de dominación de los hombres sobre las mujeres, vemos cómo ellas conquistan espacios de intimidad propios, incluyendo su cuerpo y el reconocimiento de su sexualidad, con la esperanza de que se vayan generando cambios globales.


Más allá de la reconstrucción histórica, el principal valor de Irmina reside en la pregunta que origina la obra: ¿qué provocó el cambio de actitud de la protagonista? y, sobre todo, en las que nos lanza a los lectores: ¿actuaríamos de forma diferente en circunstancias similares? De la respuesta a esta segunda cuestión nacerá nuestra postura ante una mujer que se nos presenta al inicio como un personaje positivo, una heroína con la que podemos empatizar fácilmente. Poco a poco, empujada por las desilusiones y la necesidad primaria de sentirse segura, se va transformado en una persona en apariencia muy distinta, capaz de cerrar los ojos ante injusticias aún mayores a las que se había enfrentado en el pasado, cuando aún era "la osada Irmina". La tercera parte de la novela gráfica cierra este relato, aunque sin caer en la trampa de facilitarnos una redención completa, sino más bien la aceptación madura del pasado y una nueva mirada hacia el futuro.
La claridad estructural del relato permite establecer paralelismos entre distintos momentos de la biografía de Irmina: las etapas iniciales de la relación con Gregor son un reflejo inquietante de la que mantuvo con Howard; Gerda (p. 144) e Irmina (p. 212) se advierten mutuamente sobre la posibilidad de ser denunciadas; el "dragón" de la biblioteca en Oxford (pp. 41-42) es, al final, ella (p. 228).
Sobre la dimensión gráfica y la planificación de las páginas, nadie mejor que la propia Barbara Yelin para presentarla:
(...) traté de ilustrar las limitaciones externas generadas por el régimen dictatorial y, al mismo tiempo, mostrar las restricciones internas que se producen en la cabeza de Irmina. Para representarlo, intenté utilizar viñetas más estrechas en algunas secciones. A lo largo del libro, tenía partes con un tono más oscuro y otras más claras, más nítidas. Todo lo que Irmina ve o escucha llega a través de las rendijas de las cortinas del salón o de la Volksempfänger (una radio que se utilizaba específicamente para la propaganda), que solo emitía los discursos de Hitler. El mundo filtrado de las palabras de Hitler impregna a Irmina. En los grandes desplegables centrales que aparecen a lo largo del libro el lector ve lo que realmente ocurrió, lo evidente, lo que la gente mira de reojo, como la sinagoga en llamas en la "Noche de los cristales rotos" (un pogromo contra los judíos en noviembre de 1938), por ejemplo.
Antes de Irmina, casi siempre utilizaba distintos tonos de gris a lápiz en mis trabajos. En Irmina, introduje a propósito el uso del color. Sobre todo, quería crear un espacio de color específico con el que pudiera transmitir no solo los pensamientos oscuros, sino también la mentalidad abierta de Irmina, especialmente al principio de la historia. Además, utilicé los colores como elemento enfatizador. El color azul muestra la libertad y las oportunidades que tenía Irmina cuando llegó a Londres. En la parte central, el rojo representa la violencia y el poder de la Alemania nazi, pero también el derramamiento de sangre y, en particular, la culpa que deben cargar los alemanes. En la última parte del libro, el turquesa marca el punto de inflexión de la historia: la esperanza de Irmina de tener una vida mejor junto al océano turquesa de Barbados.
Entrevista a Barbara Yelin del Goethe-Institut Canada (2016)

No hay comentarios:

Publicar un comentario